lunes, 16 de noviembre de 2009

El Principio. - MOONWALKER -

El Día.
Era un sábado de las vacaciones de Navidad del año 1988.

Recuerdo que en la tele, el trailer salía a todas horas. Me quedaba mirándo siempre: una nave espacial, un coche, unos niños... Tenía 10 años.

La llamada.
Me llamo mi amiga Raquel, entonces solo había telefonos fijos ¿os acordáis? con cable. El de mi casa estaba pegado a la pared, aún mi madre conserva el mismo número. Pues bien, Raquel marcó ese mismo número que 21 años después sigue sonando en la casa de mi madre, y me dijo que iba con su hermano al cine a ver la peli de Michael Jackson, que si quería ir. Bueno, no sé bien de qué va, pero es un plan perfecto para un sábado navideño.

El cine.
No existían multisalas en mi ciudad. Era uno de esos cines del tipo de la Gran Vía en Madrid. Grandes, como teatros. Estaban junto a las oficinas de Correos. Había una cola tan grande que pensamos que no tendríamos entrada. Pero el hermano de Raquel encontró a otros amigos que estaban más cerca de la taquilla, y les encargó nuestras entradas. Era la primera sesión de la tarde, y estuvimos mucho rato esperando, por lo menos a mi se me hizo muy largo.

Creo que está es la primera cola que hice por ti :)

Dentro de la sala.
Cuando entramos nos sentamos en nuestra butacas. Recuerdo que estabamos muy adelante, como en la fila 5 o 6. Se apagaron las luces y entonces toda la gente, todas esas personas que llenaban la sala se pusieron de pie, eso lo recuerdo perfectamente porque me impacto, se pusieron de pie, se pusieron a aplaudir y Raquel y yo nos reíamos y nos mirabamos, están locos o que? A partir de ahí lo que recuerdo es a la gente cantar y poco más.

El momento.
El momento clave fué cuando empezó la historia de Michael con los niños. A esas alturas yo ya estaba loca por ti, pero la inoculación absoluta de tu amor en vena fué cuando ví Smooth Criminal. Tenía 10 años, y no es que haya idealizado ese momento de mi vida, es que realmente sentí algo que jamás había sentido y nunca más me ha sucedido. No sé explicar, fue tan profundo y tan increíble y tan mágico, que puedo decir que cambié, que mi vida ahí mismo giró, y si el destino tenía previsto algún camino para mi, allí, en esa sala de cine todo tomo un rumbo diferente al previsto, y sin duda puedo afirmar que mucho mejor, pues no imagino una vida dónde estar vacia de tí pueda ser viable.

Las consecuencias.
Desde ese día son tantas las cosas, las vivencias, las sensaciones, la felicidad, la vida que me has dado que puedo sentirme afortunada, privilegiada, dichosa a la par que, ahora mismo, desolada por tu ausencia.

Qué feliz fuí!! que suerte...

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